Un fichaje que marcará una época

En verano, el Atlético de Madrid desembolsó 75 millones (más 20 en variables) en Julián Álvarez, que firmó hasta 2030. El atacante argentino rechazó otras ofertas porque su deseo era vestir la camiseta colchonera.

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Julián Álvarez celebrando un gol en el Metropolitano | El Mundo

La temporada de la araña está siendo escandalosa. No solo a nivel estadístico, sino futbolístico porque le está aportando grandes cosas a Simeone a nivel ofensivo, siendo ya el pilar sobre el que se rodea el equipo y el club. El impacto del delantero atlético es ya palpable y, de hecho, esta temporada, los rojiblancos se han quedado a las puertas de eliminar al Real Madrid en Champions y siguen vivos en su lucha por la conquista de LaLiga y de la Copa del Rey. Seguramente, Julián, sea junto con Jude Bellingham, el jugador con mayor impacto en la competición en menos tiempo. Nunca es fácil superar las expectativas y la presión, pero él lo ha conseguido. 

Tirando la puerta abajo

Desde el primer minuto, Julián Álvarez ha sido capaz, no solo de adaptarse perfectamente al fútbol español, sino también de dejar huella. Para muchos rojiblancos, es ya su nuevo ídolo. Un futbolista que siempre ha enamorado a los amantes y también a los expertos del mundo del fútbol. Su trayectoria, jugando en River Plate, Manchester City o Atlético (con tan solo 25 años), es envidiable y digna de mención, al igual que su currículum.

El ariete argentino ha conquistado grandes títulos como el Mundial, la Champions League, 2 veces la Copa América, 2 veces la Premier League o la Primera División Argentina, entre otros. Pese a esto, su hambre parece insaciable y lo demuestra cada vez que salta al campo porque sabe que ha nacido para aparecer en las noches grandes. El Bernabéu, Montjuic, Mestalla o el Reale Arena son algunos de los escenarios donde han contemplado la picadura de la araña.

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El héroe atlético de Montjuic | Marca.com

Hablando en clave numérica, lleva 23 tantos y 5 asistencias en 45 partidos, es decir, su ritmo es de un gol cada dos partidos. En cuanto a la albiceleste, son 12 goles y 3 asistencias en 44 partidos. Si bien es cierto que no son cifras impactantes, en España, durante un tiempo, se ha estado mal acostumbrado al nivel alienígena de Cristiano Ronaldo y Lionel Messi. Además, hay que recordar, que Julián no es un delantero centro como tal, sino que su posición óptima es la de segundo punta, para acompañar a un delantero más puro.

El ejemplo más claro se vio en el equipo citizen cuando jugaba detrás de Haaland, dando un gran rendimiento. Al ser un jugador muy móvil y con mucha calidad, los ataques del conjunto de Simeone se ven facilitados por los espacios que crea, desempeñando la función que en su día hacía Griezmann o David Villa, a quien se le puede comparar por sus grandes similitudes. 

El arte de lo infravalorado

En verano del 2009, el Real Madrid, tras una larga y tendida negociación, ficharía a Cristiano Ronaldo procedente del Manchester United por 94 millones de euros, rompiendo el mercado. Después de que el astro luso ganara el Balón de Oro, la Champions, la Premier (y otros títulos) e incluso el Puskas, y tras tener un rendimiento excelso, el precio de su fichaje, aunque estuviera justificado y acabara siendo barato, cambió el fútbol para siempre. Desde aquel momento, las ofertas desorbitadas, unida a la aparición de los jeques, supusieron un antes y un después en el deporte rey.

Por ello, hay que darse cuenta que, mientras que el PSG pagó 222 millones por Neymar, el Chelsea 133 por Moisés Caicedo o la Juventus 72 por Arthur Melo, el Atlético ha encontrado una ganga. De los errores se aprende, y el paso de gastar 120 kilos en João Félix o 70 en Lemar, a invertir alrededor de 80 en Julián, es un cambio, claramente, positivo en la gestión deportiva. 

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 Neymar, 222 millones y el fichaje más caro de la historia |Goal.com

Por otro lado, uno de los aspectos más controversiales que rodean a la actualidad deportiva es el de los agentes y el marketing. Existen infinidad de casos en el que un jugador, gracias a su agente, ha recalado en un club cuyo nivel era muy superior a él. También el fútbol es un negocio, como cualquier oficio, y saber vender un producto es clave si se quiere lograr el éxito, pero el deporte no debe ser ni convertirse solo en un negocioActualmente, ser un futbolista sin alardes, educado, respetuoso, y si se me permite estéticamente hablando, sin tatuajes, parece una sorpresa y, sin embargo, hace décadas era lo habitual. Esta transformación que ha sufrido el fútbol no es meramente deportiva.

El fútbol, como cualquier deporte, funciona gracias a una sociedad que lo demanda. Dicha sociedad, es fruto de unos valores con los que ha sido educada. Consecuentemente, lo que se observa cada fin de semana en los terrenos de juego, es la sociedad personificada, o la mayoría de ella. No se debe generalizar nunca porque existen casos como los de Julián Álvarez. Una especie de futbolista que parece estar en extinción (moral y deportivamente hablando) y cuya figura es cada vez más necesaria. Por tanto, Julián es el ejemplo perfecto de que, dentro de que el arte es subjetivo, su arte está infravalorado.