Los foxes son ya oficialmente equipo de Championship tras perder contra el Liverpool 0 a 1 después de realizar una campaña muy pobre

Cody, Faes y Ndidi lamentados tras el descenso matemático| The Wing
Lo que era un secreto a voces se transformó en realidad: el Leicester no estará en la Premier League para la 25/26. Tan solo, hasta el momento, los albiazules han sumado 18 puntos en 33 partidos, lo que habla de la planificación y gestión deportiva. Steve Cooper, firmó hasta 2027, pero su destitución llegaría a los 10 partidos, cosechando 2 victorias. Su despido, fue para entonces comprensible, aunque se encontraban fuera de los puestos de descenso. Ruud Van Nistelrooy fue la apuesta del club al ganar 3 partidos seguidos con el Manchester United cuando actuó de interino. No obstante, la realidad es ahora muy distinta ya que el fracaso ha sido total.
Una falsa ilusión
Después de ganar, sobradamente y con 97 puntos, la Championship, el Leicester propuso dar un golpe sobre la mesa en el mercado veraniego, que se transformó en la llegada de distintos fichajes: Oliver Skipp por 23,5 millones, Bilal El Khannouss por 22,5, Issahaku Fatawu por 16,25...entre otros. En total, los foxes gastaron 91 millones de euros, una cifra desmesurada en comparación con el rendimiento ofrecido. Por otra parte, recibieron 47 millones entre todas las ventas, teniendo un balance negativo entre altas y bajas (todo esto es sin contar con el mercado de invierno).
La cuestión es que el máximo goleador es, nuevamente, Jamie Vardy, que tiene 38 años, con 7 goles anotados. El segundo puesto está empatado entre Ayew, Buonanotte y Mavididi con 4, unos números muy pobres. Por otro lado, además, los de Van Nistelrooy han sido el equipo con menos disparos a puerta y el segundo más goleado hasta el momento, con 73 goles en contra, unos datos que reflejan la campaña del Leicester.

Van Nistelrooy en el banquillo del Leicester durante un partido frente al Brighton | MARCA
La esperanza puesta en el entrenador neerlandés se esfumó poco a poco con el paso de las semanas, llegando hasta un punto inevitable que auguraba una debacle para la entidad. Su corta trayectoria y falta de experiencia en los banquillos le ha pasado factura al equipo, aunque no toda la culpa reside en él, sino que Ruud es tan solo uno de los sumandos que han acrecentado este desastre. Ni los fichajes han surgido el efecto deseado, ni los resultados ni la suerte han acompañado al club de la región de East Midlands.
Del cielo al infierno
En 2016, hace casi ya una década, el Leicester fue campeón de Inglaterra con 81 puntos, siendo liderados por Claudio Ranieri y consiguiendo la mayor hazaña de la historia del fútbol inglés. A pesar de ello, los zorros no han levantado cabeza desde entonces. Tras dicha temporada, the blue and whites disputaron la Champions y el mundo del fútbol estaba expectante después del milagro sucedido el año anterior.
Su columna vertebral que les hizo campeones se mantuvo para jugar Europa, aunque ya sin Kanté, fichado por el Chelsea por 35,8 millones. Schmeichel, Morgan, Chilwell, Drinkwater, Mahrez, Vardy, Okazaki... Esa plantilla enamoró a más de uno, pero su eliminación fue relativamente temprana. En la fase de grupos, acabaron primeros, y después de eliminar al Sevilla, el Atlético de Madrid fue su verdugo en cuartos de final, cayendo 2-1 y poniendo fin al sueño de ganar La Orejona.

Claudio Ranieri y la plantilla celebrando la conquista de la Premier League | DAZN
Toda buena historia, siempre tiene un fin y, debido al gran rendimiento de los jugadores mencionados, la mayoría se acabaron marchando. La parte positiva, fue la gran cantidad de dinero que obtuvo el club, pero la pérdida de los pilares del equipo condicionaron al club para dejar de competir al nivel de aquellos 2 años. Hay una excepción: Jamie Vardy, quien lleva desde el año 2012 en el club. Jamie, a pesar de su tardía aparición en el fútbol profesional, se ha convertido ya, no solo en una leyenda del Leicester, sino de la Premier League, ya que está entre sus 20 máximos goleadores históricos, además de haber jugado para Inglaterra y ser el máximo artillero histórico de los foxes.
En la 22-23, el Leicester caería a Championship, siendo junto con esta, la única vez que van a jugar en Segunda División en 10 años. Pese a este aspecto positivo, la decadencia es clara, dado que los dos descensos se han dado en estos últimos 3 años, aunque tiene mucho que ver la muerte en 2018 de su dueño Vichai Srivaddhanaprabha, debido a un accidente de helicóptero. Cada vez, la exigencia por jugar en Premier League es mayor, el mercado es cada vez más complejo porque los precios son cada vez más elevados, y el riesgo y la presión a la hora de fichar a un jugador, sobre todo joven, también es mayor. Existen diversos ejemplos de esto, como los 95 kilos por Anthony, los 80 por Pépé o los 70 por Mudryk.
Actualmente, la segunda división inglesa está llena de equipos históricos, véase el Blackburn Rovers, el Sunderland, el QPR, el Norwich, el West Brom...y que llevan bastante tiempo estancados en dicha categoría. Por tanto, el nuevo proyecto del Leicester deberá ser más ambicioso, incluso que el de los clubes citados, si no quieren ver cómo les sucede lo mismo.