Como en el juego de la Oca, hoy en día enfrentar a Las Palmas carece de estrategia
Bellingham tirando a puerta contra la UDLP | Fuente: Tiempo de Canarias
Llevamos tres semanas de enero, y muchos canariones ya están deseando que llegue febrero, con la esperanza de que la época de los enamorados inspire a esta plantilla a recordar la calidad futbolística que, sin duda alguna, poseen. Son diez goles en tres partidos -un promedio de 3,33 por juego-, unas cifras que despiertan oscuros recuerdos entre los más escépticos. El bochornoso partido contra el Real Madrid -una derrota por 4-1 sin siquiera dar batalla- se espera que marque un punto y aparte en este 2025, un año que muchos jugadores parecen haber comenzado con el pie izquierdo tras un principio de año poco inspirado.
Rodrigo acercándose al área canaria sin mucho esfuerzo | Fuente: La Provincia
Demasiado fácil para los rivales
En lugar de reunirse en Plaza de la Victoria -ubicada en la capital de Gran Canaria-, el área canaria se ha convertido en el punto de encuentro perfecto para quienes buscan sumar goles a su cuenta personal. Enfrentarse a Las Palmas últimamente recuerda al clásico juego de la Oca, donde la suerte de los rivales parece siempre estar de su lado. Todos sacan un seis en el dado, avanzando cómodamente de puente en puente, o mejor dicho, de gol en gol. Así lo han demostrado equipos como Elche, Getafe y Real Madrid, quienes no solo aprovecharon las oportunidades, sino que dejaron a los canarios atrapados en una espiral de resultados negativos. La facilidad con la que los contrincantes encuentran el camino hacia el gol ha encendido las alarmas entre la afición amarilla, que reclama una reacción inmediata. Mientras tanto, Las Palmas sigue buscando cómo romper esta racha y evitar que el área canaria siga siendo un tablero donde todos ganan... menos ellos. Para ello, se ha contratado en forma de cesión al polémico lateral de 24 años Andy Pelmard -fue despedido por conducir ebrio cuando jugaba para el Lecce de la Serie A-.