En la selección española brilla libre y marca goles. En la Real carga con todo y su talento se diluye. Liberar al capitán devolvería la magia al equipo.
Mikel Oyarzabal vive entre dos mundos paralelos. Con La Roja es fuego. Con la Real, un extintor. En una selección que le pide magia, responde con luz. En un equipo que le pide trabajo, responde con sudor. Pero cuando conviertes a tu mejor creador en tu mejor presionador, el fútbol se apaga un poco.
En España, el balón le busca
Luis de la Fuente ha dado con la tecla. Le da aire, movimiento y jugadores que lo acompañan: Pedri González, Lamine Yamal o Martin Zubimendi. Rodeado de talento, Mikel saca todo su potencial. Se asocia, se anticipa, ataca el espacio. Como si el fútbol pasara por su cabeza un segundo antes que por la del resto.
Oyarzabal marca con la Roja tras un pase en profundidad de Zubimendi. | @mikel10oyar
Porque Oyarzabal no es un 9 clásico, es un delantero con cerebro: Conduce con precisión, como si el balón tuviera su propio GPS. Elige el pase cuando todos habrían chutado y chuta cuando nadie lo habría esperado. Lo hace fácil. Lo hace bien. Y cuando pisa área, el gol ya tiembla antes de que dispare.
De la Fuente lo sabe y confía plenamente en él: “Mikel es uno de los jugadores más inteligentes que tengo”. Y en el campo los datos lo respaldan: 6 goles y 4 asistencias en sus últimos 8 partidos con España. Una auténtica bestia. Es el jugador nacional con más participaciones de gol este año.
En la Real, un líder que trabaja demasiado
La Real no es la selección. En Donostia, Oyarzabal es el escudo, la voz y... el bombero que apaga todos los fuegos.
Le pedimos que lo haga absolutamente todo. Que fije a los centrales, que presione hasta el 90’. Que baje a recibir de espaldas a 40 metros del arco, cuando su magia está en los últimos 20. Que corra detrás del balón, cuando debería ser el balón quien corriera detrás de sus botas. Que cree la jugada y que la termine. Que cocine y se sirva él mismo.
Pero decidme, ¿a Mikel quién le rompe líneas? ¿quién le mete ese pase filtrado para que aparezca entre los centrales? La respuesta es simple: nadie. Y por eso, tiene que ponerse la capa de superman y hacerlo todo. Y claro, lo hace. Porque Mikel siempre cumple. Hace de nueve, de falso nueve, de nueve cansado... pero nunca de Mikel Oyarzabal.
Oyarzabal celebra eufórico el gol de la victoria frente al Mallorca. | mikel10oyar
La gran misión: liberar al capitán
La especialidad de Oyarzabal es crear. Si lo soltáramos por la banda, si le diéramos metros… volveríamos a ver al Mikel más dañino: el que desborda, asiste y cambia partidos.
Imaginad a Mikel y Ander Barrenetxea abiertos, uno por cada banda. Amagando, atrayendo rivales y soltando el balón. Justo a tiempo para dejar solo al verdadero 9 de referencia: Jon Karrikaburu, Orri Óskarsson o incluso el joven Gorka Carrera. La Real ganaría en profundidad, ritmo y gol. Porque Mikel no solo marca: hace mejores a los demás. Y eso vale más que cualquier gol.
Pero para eso, hay que soltarle las cadenas al capitán. Porque, a veces, para que una estrella brille más, solo hay que dejar de taparla.